lunes, 14 de enero de 2008

Todos somos ESTRATO 3

Durante esta última navidad y fin de año, me sorprendí gratamente al comprobar que por esta época todos sacamos el estrato 3 que llevamos dentro: la música parrandera nos agrada, la pólvora y el ruido es sinónimo de alegría, la grasa está permitida en todas sus manifestaciones gastronómicas y la tolerancia aumenta en un 200%.

Me parece interesante observar y comprobar que las tradiciones navideñas agrupan de una forma peculiar a todo tipo de personas sin importar sus gustos personales o el estrato al cual pertenezcan. Tal vez en esta época el trabajo de comunicadores y publicistas se haga más fácil, al ver que no es necesario segmentar, sino más bien agrupar sentimientos y comportamientos bajo conceptos como la alegría, la emoción, la tradición y la familia.

Esto demuestra que la cultura y la tradición determinan modelos de comportamiento. Además por fin encontré la respuesta a la existencia de las temporadas, que por más que parezcan un invento comercial, realmente son una manifestación cultural que permite el gasto de dinero con un fin común. Las temporadas reúnen las asociaciones y las acciones más relevantes y representativas para la gente, y si para alguien es importante, una marca no debe dudar en apoyarla, además es su oportunidad para apropiarse de una emoción colectiva y ser memorable en el corazón de la gente. Lo que más me impacta es que en navidad se venden todo tipo de cosas, y eso hace que la competencia entre marcas sea dura, pero también una buena comunicación, puede crear una conexión más fuerte.

Lo que pude ver y vivir en esta navidad, me hizo pensar que el mejor estrato es el 3, lo suficientemente alegre para disfrutar lo que tiene, y lo suficientemente despreocupado para no mortificarse por lo podría tener. Este es el verdadero espíritu de navidad y de año nuevo del colombiano promedio.

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